domingo, 8 de noviembre de 2009

474 - MASACRE EN TEXAS - MAYOR HASAN


LOS QUE MERECÍAN VIVIR A SALVO EN SU PATRIA



KIM MUNLEY, UNA HEROÍNA DE NUESTRO TIEMPO

La función de un militar es estar entrenado para defender a su país y obedecer las órdenes de su gobierno. Se los prepara para actuar en sitios peligrosos resguardando su vida, pero se descarta que en su país están seguros. ¿Por qué murieron en casa, asesinados con premeditación y alevosía, desarmados, a manos de uno de los suyos?

Porque hoy no es políticamente correcto observar qué hace un musulmán en cualquier lado del mundo, mucho menos en Estados Unidos donde su presidente ha dicho que se debe respetar esa religión como a cualquier otra, porque eso hace a la libertad que debe imperar en un país que nació con esa palabra como esencia de su cultura.

Está bien, el islam es una religión tan respetable como el cristianismo o el judaísmo, con la diferencia que hay fundamentalistas que hoy están actuando como no lo hacían desde hace muchísimo tiempo. Hay fundamentalistas en todas las religiones, en TODAS, pero no actúan en la medida en que lo hace el islamismo radical hoy día, y no son un peligro para la sociedad.

Había indicios de la personalidad del Mayor Hasan que debió alertar a quienes lo trataron e interactuaron con él, pero nadie hizo nada para prender la luz de alarma. Se lo trató como a uno más cuando hubo muchas situaciones que justificaban que fuera investigado, era considerado un lobo solitario que no confraternizaba, soltero y sin hijos, porque no encontraba en el país donde había nacido la mujer devota que él quería. Pero no era políticamente correcto investigarlo. Desde hacer misionerismo entre la gente que lo trataba regalando versiones del Corán en el idioma de su interlocutor, hasta hablar de los castigos de Alá para los infieles en una conferencia profesional, donde los presentes se sorprendieron sin hacer ninguna denuncia formal.

Según el presidente de Estados Unidos y comandante en jefe de las fuerzas armadas del país, ser musulmán es parte importante de la historia del país, no hay nada que temer. Por eso murieron 13 personas desarmadas y 30 más están gravemente heridas, por eso, porque se niega ver la realidad del islam radical que ha renacido como una ideología en guerra con el mundo.

Porque esta guerra que ellos han emprendido no tiene fin, será así para siempre, morirá y renacerá en distintas etapas de la historia, así lo dice el Corán, todo está permitido hasta vencer al infiel. Tan claramente lo expresa que este musulmán radical convencido pudo matar a seres indefensos sin siquiera considerar que era un acto de cobardía, de traición a sus pares, hacerlo en un sitio cerrado donde no había escape ni posibilidad de defenderse y que sea tratado por sus simpatizantes como un héroe aunque haya matado con tanta vileza. La guerra santa -la jihad- es así, no hay códigos que podamos compartir con ellos.

Iba a ser enviado a Irak o a Pakistán y no quería ir, ya había hecho declaraciones expresando abiertamente que esos pueblos tenían derecho a defenderse y se está investigando sobre correos electrónicos con su nombre que alaban los atentados suicidas, si realmente fueron enviados por él. Hay otros indicios, como usar la computadora de un vecino en lugar de la propia, pero nadie dio la alarma, era un devoto musulmán, nada que temer. Para los americanos, según su presidente, el islam es una religión de paz, los radicales jihadistas son pocos en una población que ha dado tanto al mundo y es parte de la historia de Estados Unidos...

Bueno, parece que esos pocos son muy peligrosos y que hay que detectarlos entre los muchos pacíficos, porque hubo un 11 de septiembre, con un ataque previo al que no se le dio la importancia que tenía. Un guardián de las torres dijo cuando se controló parcialmente el primer atentado, "van a volver a terminar el trabajo", y volvieron y lo terminaron.

Está la reacción del Presidente Obama, quien calificó a esta masacre de "incidente" después de otorgar un premio a uno de sus hombres, no calificó a este atentado como de primerísimo orden en su mensaje al país, y recomendó no sacar conclusiones apresuradas. No es nada apresurado pensar que el atentado lo hizo un lunático musulmán que mató a su gente, la gente que lo votó y a la que gobierna, nada que temer de un musulmán. Según él es una religión más y no la ideología asesina y dominante que es para algunos pocos que saben cómo mimetizarse en sociedades libres, dispuestas a aceptar sus diferencias, su vestimenta, sus usos y costumbres por lo que no pueden detener a tiempo los crímenes por honor y que no le exigen reciprocidad a los países musulmanes. A tal punto que el Mayor vestía ropa musulmana y dice haber sido acosado por otros pares por su militancia religiosa, lo que otros musulmanes en el ejército de Estados Unidos han negado haber sufrido.

Pero el colmo es que este hombre atendía profesionalmente, como psiquiatra, a los que volvían de Irak y de Afganistán. Este hombre era considerado uno más dentro de la fuerza, no un musulmán que conocía los horrores que han vivido esos seres que vuelven de una guerra, seres que han hecho y visto todo, de ambos lados de la peor de las desgracias del hombre, donde se pierde toda humanidad con tal de conservar la vida.

Y es el colmo porque él no debía estar en ese puesto, que si tenía alguna duda se despejó con lo que esos veteranos le contaron, lo que tenían en su alma, lo que nadie sabe pero sólo conoce un cura en la confesión, un rabino o un médico especialista. Un verdadero disparate.

Porque el americano es así, todos somos iguales, superando la discriminación que anida en su corazón, pueden sentirlo, pero actúan como si no lo sintieran. Y a ese hombre se le dio esa tarea.

Leeremos, sabremos, nadie se hará cargo de lo que pasó, la joven policía que arriesgó su vida para detener al asesino y que soportó los balazos del agresor hasta que lo volteó, será premiada. ¿Pero saben qué? Los que no debieron morir no podrán hacerlo, ellos pagaron un precio para que la sociedad americana supiera que el terrorismo ha hecho pie en su país, que ya no basta con ir a detenerlo afuera, está entre ellos, mimetizado y amparado por la idea que el islam es sólo una religión y no para unos pocos, una ideología capaz de todo.

Ahora han aprendido.


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