domingo, 9 de octubre de 2011

931 - DORE GOLD Y EL CONTROL DE LAS FRONTERAS


LA AMARGA EXPERIENCIA DE ISRAEL CON LAS FUERZAS INTERNACIONALES

Por DORE GOLD

 


Cada tanto, surge la idea -por parte de diversos factores diplomáticos- de emplazar fuerzas internacionales en Cisjordania, como respuesta a las exigencias de seguridad de Israel en el marco de un acuerdo posible para la solución del conflicto con los palestinos. En particular, se lo dice en el caso en que las FDI se retiren de las regiones estratégicas de Cisjordania como, por ejemplo, el Valle del Jordán.

Al principio de la gestión del gobierno de Obama, el asesor de seguridad nacional de entonces, General James Jones, propuso colocar fuerzas internacionales en la región en el marco de un acuerdo político. Algunos líderes israelíes adhirieron a la idea. Así, por ejemplo, el ex-primer Ministro, Ehud Olmert, dijo a The New York Times a principios de año, que apoyaba el emplazamiento de fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos en Cisjordania. Hace una semana, el 22 de septiembre, Olmert publicó su proyecto político en una columna de opinión, en The New York Times, aunque sin el detalle sobre las fuerzas internacionales. La última experiencia de Israel con las fuerzas internacionales fue bajo el gobierno de Olmert, cuando el Consejo de Seguridad aprobó la
resolución 1701 a partir de la Segunda Guerra de Líbano en 2006.

Cabe una mirada, hacia atrás, a fin de evaluar el funcionamiento de esas fuerzas en Líbano antes de que propuestas similares sean elevadas por parte de la comunidad internacional en el contexto del conflicto con los palestinos.

Durante la Segunda Guerra de Líbano y tras ella, el esfuerzo diplomático israelí fue enfocado en la cristalización de un acuerdo de seguridad destinado a impedir el restablecimiento de la disposición militar hostil en el sur de Líbano. Conociendo las exigencias de seguridad por parte de Israel, el Consejo de Seguridad anunció la resolución 1701 sobre la creación de una renovada fuerza de UNIFIL, con un mandato más ampliado y efectivo que en el pasado.

La resolución del Consejo de Seguridad reiteró y destacó la importancia que la fuerza de UNIFIL funcione, a fin de desmantelar las armas de las milicias libanesas, por ejemplo Hezbollah, de acuerdo a resoluciones anteriores de la ONU. La decisión prohibía el traslado de armas a Líbano sin supervisión del gobierno de ese país. Su significado -el tráfico de armas desde Irán a Hezbollah- fue definido como violación de la resolución del Consejo de Seguridad. A los fines de concretar el embargo de armas, fueron enviados (septiembre, 2006), buques de guerra alemanes para inspeccionar las cargas marítimas hacia Líbano.

La principal innovación, escondida en la resolución 1701, era la determinación que en la línea fronteriza internacional (entre Israel y Líbano y hasta el Río Litani al norte), se permitiría portar armas solo a las fuerzas del ejército de Líbano y las fuerzas de UNIFIL. El objetivo de ese item era alejar a las fuerzas de Hezbollah de la frontera con Israel. Cabe recordar que, con anterioridad a la Segunda Guerra de Líbano, Hezbollah mantuvo en esa región una fuerza compuesta por 5 mil combatientes, equipados con diez mil misiles.

La resolución 1701 fue definida en su momento como un importante logro de la diplomacia israelí. Sin embargo, desde el punto de vista de la imagen de situación en los últimos cinco años, la concreción de esa resolución 1701 muestra que las fuerzas de Hezbollah retornaron al sur de Líbano en una magnitud mayor a la disposición que le antecedió a la Segunda Guerra de Líbano. El arsenal de Hebzollah incluye unos 40 mil misiles, de los cuales 30 mil fueron emplazados al sur del Río Litani en una zona prevista de control único por parte de las fuerzas de UNIFIL y el ejército de Líbano.

El desplazamiento militar masivo, por parte de Hezbollah al sur de Líbano, fue puesto al descubierto este año, con mucho valor, por el diario Washington Post. En los mapas, especialmente diseñados por las FDI y publicados por el diario, fueron señaladas las cientos de posiciones de Hezbollah en los poblados del sur de Líbano y, en general, sus depósitos de armas, bunkers y posiciones de observación. En el poblado chiita de Al-JIham, 4 km. al norte de la frontera con Israel, posicionó Hezbollah sus emplazamientos en cercanías de escuelas, mezquitas y viviendas particulares.

Esa realidad, al sur de Líbano, pone en riesgo a civiles ante un renovado enfrentamiento militar entre Israel y Hezbollah. Si las fuerzas de UNIFIL desempeñasen su tarea como corresponde, de acuerdo a la resolución 1701, el establecimiento de posiciones militares de Hezbollah en el corazón de las localidades civiles sería impedida. UNIFIL debería actuar en los poblados chiitas al sur de Líbano y sacar material de guerra que Hezbollah emplazó, bajo total oposición a la resolución 1701. Eso no ocurrió y la posibilidad que las fuerzas europeas materialicen el mandato a su cargo, arriesgándose a un enfrentamiento con Hezbollah, es igual a cero. En el último julio, los franceses amenazaron con retirar sus fuerzas a partir del incidente con terroristas al sur de Líbano.

A la amarga experiencia de Israel con las fuerzas internacionales, le siguen derivaciones en el ámbito palestino. Si UNIFIL no puede garantizar el desarme del sur de Líbano, ¿quién garantiza que las fuerzas internacionales serán efectivas en su promesa de desmilitarizar Cisjordania?

Israel aprendió, en carne propia, las lecciones de la desconexión unilateral de la Franja de Gaza y, en particular, la retirada del Eje Filadelfia. Aún antes de la retirada, Hamas hizo uso de los pequeños misiles Kasam, de fabricación local. El ataque a ciudades, por ejemplo Ashkelon, con ayuda de misiles de largo alcance, como Grad, comenzó a principios de 2006, después que las fuerzas de las FDI interrumpieran su actuación contra el tráfico en el Eje Filadelfia y se convirtiera en un canal de tráfico de recursos bélicos, en gran magnitud, para Hamas, que incluyó incluso misiles contra aviones del tipo SA-7.

En línea general, las fuerzas internacionales se mostraron limitadas en la garantía de la seguridad en casi todo ámbito: en Ruanda, en Bosnia y otros diferentes lugares del Medio Oriente y no cabe confiar que sean capaces de impedir el tráfico a la zona de Cisjordania. Cabe fiarse, solo, de las FDI para impedir fenómenos de ese tipo.

Quien aspire a emplazar una fuerza norteamericana significativa a fin de corregir la debilidad de las otras fuerzas internacionales, no comprende los pasos del viento en Washington en 2011, cuando Estados Unidos se muestra cansado ante la idea de una complicación militar en Medio Oriente tras Irak, Afganistán y Libia.

El fracaso de UNIFIL al sur de Líbano debe servir de alerta al momento de deliberar sobre acuerdos de seguridad en Cisjordania y materializa la importancia del control por parte de las FDI en el Valle del Jordán, como línea defensiva de primer orden, al este.

Quienes sostienen que Israel debe ser asistida por fuerzas internacionales a fin de proteger su seguridad, es mejor que aprendan bien las lecciones de la resolución 1701 al sur de Líbano.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs


FUENTE: CIDIPAL-DORE GOLD-EXPERIENCIA-04/10/11


COMENTARIO:

Si hay algo de lo que Israel se debe precaver es de esta posibilidad. Nadie le va a cuidar las espaldas como él mismo, nadie lo hace nunca, todos los sabemos en nuestra vida privada. Los Organismos Internacionales no escapan tampoco a esta regla. El pueblo estadounidense es amigo de Israel, es cierto, pero no podemos saber cómo lo serán sus gobiernos a lo largo del tiempo.

La actitud de la Nación Árabe, de la que los palestinos forman parte, es monolítica y no se disipa con el tiempo. Quieren toda la antigua Palestina como quieren Al Andalus (España), todo otro sitio donde hayan gobernado a lo largo de su historia y, lo que es más alarmante, los que puedan conquistar en el futuro.

Quienes no entienden esto es porque no conocen el tema y los que lo conocen no lo tienen en cuenta y tiran estas ideas porque no tienen mejores, más realistas. Y no hay que tapar el cielo con las manos negando una realidad. Israel podrá hacer acuerdos porque los pueblos quieren vivir en paz, los palestinos también, pero el fanatismo de su ideología puede aparecer en cualquier momento cuando los controles se relajen. Israel nunca podrá hacerlo, está en un lugar donde no es querido ni aceptado.

Para comprender cómo cualquier gobierno puede cambiar de política peligrosamente, ver
este video de Samantha Power, asesora de Obama, donde aconseja invadir Israel y aplicar el dinero con que se lo ayuda a la construcción de un estado palestino. Por supuesto tuvo que renunciar, pero no se la echó, le dieron otro destino dentro de su administración, aunque pensara semejante disparate. También es prueba de las intenciones palestinas lo que dice el funcionario Abbas Zaki en este video de MEMRI, en ese post traduje sus palabras.

Si alguien hiciera la propuesta de una fuerza internacional de contención en lugar de una israeli, seguramente Israel la rechazará, lo alarmante es que alguien seriamente la haga, no que Israel no la acepte. Los fracasos de la ONU que cita el autor de este artículo se han producido en todo el mundo y son comprobables. Cuando los estados tienen que poner soldados y dinero, sus políticas responderán a sus intereses y no a sus compromisos.

¿Qué son 15, 20 o 50 mil soldados, lo que fuera, si toda la región atacara? Ocurrió en otros lados y lo que hicieron fue retirarse o no inervenir, como lo están haciendo en el Líbano. Esto no parece que pueda ser parte de ningún acuerdo entre Israel y los palestinos. No creo que nadie lo proponga, pero vale que un artículo como éste encienda la alarma sobre el tema.

ANA


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